En un mundo en el que hay ilimitadas posibilidades, si no se tienen prioridades, lo fácil es perderse. Más no siempre es mejor, puede ser menos. Y menos puede ser más. Para llegar a más partiendo de menos hay tres caminos para centrarse en las prioridades: simplificar la vida, decir “no” muchas veces y priorizar la agenda de tareas. Hablamos a partir del artículo «Menos es más» de Raimón Samsó.