Las palabras se entremezclan en nuestra mente, en nuestro cerebro y también en nuestra boca al pronunciarlas. A veces nos juegan malas pasadas y también pueden quitar algunos obstáculos en el camino. “Sé amable y serás más feliz…” ¿Lo que decimos de cierta forma condiciona lo que somos y lo que hacemos?
En nuestros «Diálogos para la vida» hablamos de cómo nuestras palabras pueden tener grandes efectos en nosotros mismos y en los demás. ¿Te apuntas?
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