Vivimos en una sociedad de usar y tirar, pero ¿qué pasa con las emociones? ¿Qué pasa con nuestras propias vidas cuando sufrimos cicatrices? ¿Son cicatrices que perduran o cicatrices que sanan? Hoy viajamos hacia Japón. Hace 5 siglos surgió en el lejano oriente el kintsugi, una técnica para arreglar una cerámica rota. Forma parte de una filosofía que plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto, y que deben mostrarse en lugar de ocultarse, incorporarse y además hacerlo para embellecer el objeto, poniendo de manifiesto su transformación e historia. En nuestro diálogo con Fernando Díaz, Enrique Angurell y Mateus Rodrigues, reflexionamos sobre esta técnica y lo que nos enseña en cuanto a las costumbres de nuestra sociedad.