
La palabra Paciencia proviene del latín «pati», que significa sufrir. De
ahí la relación con la palabra «patiens» o paciente, en castellano, que
significa «el que sufre». Como definición, es la virtud de quien sabe
tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza y sin
lamentarse. Es saber esperar con calma a que las cosas sucedan. Pero
¿qué pasa cuando se da lo contrario, cuando no somos para nada pacientes
o cuando la perdemos? ¿Cómo podríamos cultivarla de manera que añada una
nueva base a nuestras vidas? En nuestra edición de Diálogos para la
Vida, Fernando, Jorge, Leandro, Enrique y David nos comentan sobre esta
interesante virtud también vista a la luz de la palabra de Dios.